Una sesión de psicoterapia contemplativa es similar a otros tratamientos psicoterapéuticos. La diferencia consiste en que, a lo largo de las sesiones, te enseñaré a utilizar tu respiración, desarrollar tu atención plena, escuchar tu cuerpo y otras técnicas contemplativas. El objetivo es ayudarte a gestionar de mejor forma el estrés, la ansiedad y los pensamientos negativos, integrando de una mejor forma la mente y el cuerpo.
Algunos aspectos centrales de la psicoterapia contemplativa es el desarrollo de mindfulness (la capacidad de mantener la atención en el presente), la compasión, la ecuanimidad y la sabiduría, es decir, la habilidad para discernir entre aquello que nos hace bien o nos hace mal. Entre muchos otros aspectos de la filosofía budista.
En la psicoterapia contemplativa el foco central no es la psicopatología, es decir, lo que está mal. El trabajo consiste en identificar los aspectos más positivos de tu personalidad y desarrollarlos para generar fortalezas y virtudes que te permitan vivir una vida feliz y conectar con tu potencial de bienestar y calma.
Esto no significa que no trabajemos con los aspectos negativos, sino que intentaremos no ciclarnos en los patrones de pensamiento y conductas limitantes, y, en cambio, nos enfocaremos en cómo desarrollar y mantener un estado óptimo de plenitud y realización.
Si bien la psicoterapia contemplativa utiliza herramientas de la psicología budista, no es necesario ser budista o tener alguna creencia espiritual en particular. La psicoterapia contemplativa es recomendada para cualquier persona que desee cuidar de sí mismo y mejorar su salud mental, mediante una comprensión más profunda e integral de su propia mente y de sí mismo.
La psicoterapia contemplativa cuenta con más de 40 años de investigación y está basada en los últimos avances en neurociencia que demuestran como la meditación pueden cambiar la estructura y funcionamiento del cerebro. Se trata de un enfoque interdisciplinario que también se relaciona con la psicología positiva, la psicología cognitiva y la medicina.
Todos estos estudios demuestran que la meditación y el mindfulness aportan múltiples beneficios a la salud, como por ejemplo:
Reducción de estrés
Mayor capacidad de concentración
Más emociones positivas
Mejor gestión emocional
Resiliencia
Lucidez mental
Sensación de calma
Reducción del cortisol
Regulación de presión arterial
Entre muchos otros beneficios que se asocian a la activación del sistema parasimpático que entra en acción durante la práctica de la meditación y las prácticas contemplativas.
Se ha encontrado, además, que combinar un proceso de psicoterapia, en dónde ocurre un proceso de reestructuración cognitiva, junto con la práctica de la meditación, puede potenciar y acelerar los efectos benéficos de ambos.